El viaje ha sido corto pero intenso. Comenzó el viernes a las cinco de la mañana, hora a la que salí de mi casa para no perder el tren hacía Málaga y llegando a Atocha a las seis (minuto arriba, minuto abajo). Según iba en el tren alejándome de Madrid me fui dando verdadera cuenta de lo cansado que estaba y de lo mucho que necesitaba desconectar y alejarme de todo. Después de casi cuatro horas de viaje apareció un pueblecito de casas blancas y una perdida de Maika en el móvil que puso mis nervios a flor de piel. Me olvidé de la película que estaba a punto de terminar, "ya tenemos que estar llegando" y por fin llegué. La gente que tarda en salir del vagón y yo nervioso "vamos señora, ¿le ayudo?" y por fin salgo y miro a ambos lados del andén y allí, un poco más adelante estaban las dos. Llegué a ellas y un abrazo a cada una, y mirarlas en medio del andén molestando a la gente que quería pasar pero a mi me daba igual, eran reales, estaban allí y para mi ya había merecido la pena el viaje. Aún quedaba todo el finde.
Salimos de la estación de trenes para ir al autobús hacía su casa y la pequeña, que tiene más vitalidad que un terremoto (aunque por las mañanas es muy perezosa) ya tenía ganas de llevarme a ver cosas. "¿Te pesa el equipaje? ¡Vamos a la playa!" y allí que fuimos. Primeras fotos y primeras risas y.. el mar. Rocío, Maika, un helado y el mar ¿qué más podía pedir? Sonreír nunca fue tan fácil. Y esperando un taxi vimos como un par de extraños robaban una sombrilla de un bar. Más risas y el taxi y la voz de Maika contándome cosas y la risa de Rocío alegrándome los oídos.
Llegamos a su casa y dejamos los trastos en la habitación y al poquito a la calle de nuevo, a tomar una caña a un bar y a comer con el novio de Maika que tenía también ganas de conocerle y escucharles hablar entre ellos, con ese acentillo andaluz que me encanta. Después ya a casa y a descansar un rato, tampoco mucho pues había mucho que ver y poco tiempo. La Alcazaba, la Catedral, el Ayuntamiento y el mirador entre otras cosas y luego a la playa de nuevo. Y fotos y más fotos y risas y más risas y bromas y ya de vuelta a casa. Cenar en la terraza de su casa y luego a tomar algo por ahí por Carihuela con más amigos suyos. A veces se juntan diversas razones y desconecto, como esa noche, y no pude disfrutar a tope de sus amigos y del mar pero luego cuando llegamos a su casa de nuevo el cansancio y las molestias parecieron desparecer y un rato de charla a las tantas de la noche fue lo mejor para terminar un gran día.
Al día siguiente nos levantamos temprano y después de hacer unas pequeñas compras a la playa y por primera vez me bañé en el mar. Unas cartas, una apuesta perdida y un chapuzón más como castigo y ya para casa de nuevo con las marcas del sol, primero en las rodillas aunque luego aparecieron en los brazos y en el pecho: si, si, yo más rojo que un cangrejo de rio. Hablando de cangrejos vimos uno entre las piedras y cuando volvimos para cazarle ya no estaba allí. Por la tarde a descansar, que hacía falta, jugando una partida al Scrabble, y más risas, mucho que descubrir sobre ellas y alguna trampa de Ro que tiene mal perder. Y llegó la noche y una sorpresa que me tenían preparada: sin que yo lo supiera me llevaron a un concierto de dos cantautores, José Antonio Delgado y Alfonso Moreno que duró casi tres horas, y es que una guitarra puede llegarme tanto al alma como el guiño de complicidad que me hizo Rocío con sus preciosos ojos de mar. Después de eso una vuelta para ver el ambiente nocturno de Málaga y ya para casa y a descansar.
Y ya llegó el domingo, día de vuelta a Madrid. Otra playa diferente, esta vez acompañados con su padre, a otra playa más limpia: el Rincón de la Victoria. Chalets de impresión y ganas de quedarme allí a vivir, en una de esas casas en las que abres la ventana y tienes el mar y su brisa y su olor. Más fotos y más risas y de vuelta a casa, a comer y jugar otra partida al Scrabble. Risas con su hermano y ya la mochila de nuevo para ir a la estación y ya dentro del tren pensando "¿No iban raptarme? ¿Qué hago yo aquí dentro".
Un finde genial. Del que sobre todo guardaré la conversación con Maika del viernes por la noche pues me recordó mucho a la que tuvimos hace tres años a la semana de conocernos por internet, que me llamó por teléfono y estuvimos media hora hablando. Y me quedo también con la alegría de Rocio, su sonrisa y sobre todo su mirada y sus guiños: no he visto ojos más bonitos que los suyos.
Salimos de la estación de trenes para ir al autobús hacía su casa y la pequeña, que tiene más vitalidad que un terremoto (aunque por las mañanas es muy perezosa) ya tenía ganas de llevarme a ver cosas. "¿Te pesa el equipaje? ¡Vamos a la playa!" y allí que fuimos. Primeras fotos y primeras risas y.. el mar. Rocío, Maika, un helado y el mar ¿qué más podía pedir? Sonreír nunca fue tan fácil. Y esperando un taxi vimos como un par de extraños robaban una sombrilla de un bar. Más risas y el taxi y la voz de Maika contándome cosas y la risa de Rocío alegrándome los oídos.
Llegamos a su casa y dejamos los trastos en la habitación y al poquito a la calle de nuevo, a tomar una caña a un bar y a comer con el novio de Maika que tenía también ganas de conocerle y escucharles hablar entre ellos, con ese acentillo andaluz que me encanta. Después ya a casa y a descansar un rato, tampoco mucho pues había mucho que ver y poco tiempo. La Alcazaba, la Catedral, el Ayuntamiento y el mirador entre otras cosas y luego a la playa de nuevo. Y fotos y más fotos y risas y más risas y bromas y ya de vuelta a casa. Cenar en la terraza de su casa y luego a tomar algo por ahí por Carihuela con más amigos suyos. A veces se juntan diversas razones y desconecto, como esa noche, y no pude disfrutar a tope de sus amigos y del mar pero luego cuando llegamos a su casa de nuevo el cansancio y las molestias parecieron desparecer y un rato de charla a las tantas de la noche fue lo mejor para terminar un gran día.
Al día siguiente nos levantamos temprano y después de hacer unas pequeñas compras a la playa y por primera vez me bañé en el mar. Unas cartas, una apuesta perdida y un chapuzón más como castigo y ya para casa de nuevo con las marcas del sol, primero en las rodillas aunque luego aparecieron en los brazos y en el pecho: si, si, yo más rojo que un cangrejo de rio. Hablando de cangrejos vimos uno entre las piedras y cuando volvimos para cazarle ya no estaba allí. Por la tarde a descansar, que hacía falta, jugando una partida al Scrabble, y más risas, mucho que descubrir sobre ellas y alguna trampa de Ro que tiene mal perder. Y llegó la noche y una sorpresa que me tenían preparada: sin que yo lo supiera me llevaron a un concierto de dos cantautores, José Antonio Delgado y Alfonso Moreno que duró casi tres horas, y es que una guitarra puede llegarme tanto al alma como el guiño de complicidad que me hizo Rocío con sus preciosos ojos de mar. Después de eso una vuelta para ver el ambiente nocturno de Málaga y ya para casa y a descansar.
Y ya llegó el domingo, día de vuelta a Madrid. Otra playa diferente, esta vez acompañados con su padre, a otra playa más limpia: el Rincón de la Victoria. Chalets de impresión y ganas de quedarme allí a vivir, en una de esas casas en las que abres la ventana y tienes el mar y su brisa y su olor. Más fotos y más risas y de vuelta a casa, a comer y jugar otra partida al Scrabble. Risas con su hermano y ya la mochila de nuevo para ir a la estación y ya dentro del tren pensando "¿No iban raptarme? ¿Qué hago yo aquí dentro".
Un finde genial. Del que sobre todo guardaré la conversación con Maika del viernes por la noche pues me recordó mucho a la que tuvimos hace tres años a la semana de conocernos por internet, que me llamó por teléfono y estuvimos media hora hablando. Y me quedo también con la alegría de Rocio, su sonrisa y sobre todo su mirada y sus guiños: no he visto ojos más bonitos que los suyos.
25 de julio de 2006, 14:28
La verdad es que lo chulo de vivir en Madrid es que coges el tren y te plantas en cualquier parte de España bastante rápido, claro, que más rápido me planto yo en la playa, a 5 minutos que la tengo, jeje, aunque total, para lo que voy...
Un blogabrazo.
25 de julio de 2006, 16:27
Puff que fin de semana... te parecera bonito no habernos invitado! Anda que te vemos ya con ganas de repetir, ¿para cuando la proxima?
A saber que es todo lo que no nos has contado... :p
Besos!
25 de julio de 2006, 17:03
Jope fuiste hasta el Rincón jeje mi tio se ha comprado hace poco un chalet allí. Por lo menos te enseñaron lo fundamental de Málaga pero para mi gusto faltaría una visita a la basílica de la Esperanza que estaba cerca por Dios, bueno eso ya te lo enseñare yo que con mis contactos te abren el salón de tronos. Ahora entenderas porque voy tanto a Málaga, ahora que dices el acento de allí yo ni lo noto lo veo normal jjeje serán ya tantos años, me acuerdo que de pequeño de jugar con mis primas y mas niños se nos pegaba y mi hermano y yo pareciamos andaluces jajaj eso nos decia mi madre.
Un saludo nos vemos.
25 de julio de 2006, 17:29
Te falta por contar la subidita a las 6 de la tarde con 45 grados al sol por la puñetera cuestecita al mirador de Gibralfaro (hay dias en que me gustaría ser hija única!)... Bueno, y mi cara al ver la camiseta impresa con el dibujillo que te hice en una servilleta de aquel bar de Madrid hace tropecientos años! :P
Ah, y PD: No soy tramposa jugando! Las palabras "Ojú!" y "Ea!" EXISTEN!!!!! jajajaja
Mil besostes bichejo :)
25 de julio de 2006, 17:41
dammy aaaays tan cerca y no sabes lo q tienes!
ninfa espero volver muy proooooonto.
josefaura q envidia me da tu tio, yo tb kiero uno!
rocío acabo de buscar en el diccionario y EA si q está, pero ojú..... lo siento pero no. Tramposilla :P ¿viste el email? jajaja
25 de julio de 2006, 18:44
en qué clase de diccionario has buscao pordiosbendito!!!!?
25 de julio de 2006, 19:56
Me alegro que pasaras buen finde allí en Marte, la verdad que no podia ser menos, un lugar de ensueño y en buena compañia, que mas se puede pedir.
25 de julio de 2006, 20:40
Muero de envidia. Y además no es sana. Si Ojú no está en el diccionario es porque los academicos son unos esaboríos y umos malajés. :)
Un abrazo.
26 de julio de 2006, 0:49
Gracias por tu apoyo Gabi :) (mañana te pago que hoy no llevo suelto...)
26 de julio de 2006, 8:40
Vaya, peaso fin de semana, aunque las verdaderas protagonistas son tus amigas, vaya manera de cuidarte y de tener detalle, cuidalas mucho que deben ser un tesoro.
Me alegro mucho que te gustara Málaga, una tierra preciosa.
26 de julio de 2006, 10:11
Qué guayyyyyyyy!!! Esa frasecita de que sonreir nunca fue tan fácil, creo que lo resume todo.
Me alegro mucho de que hayas disfrutado Sacris. Un besazo
26 de julio de 2006, 11:53
ya sabes que me alegro muchisimo de que hayas disfrutado, y que como dice laura cuida a tus amigas que deben de ser un sol, muchos besos...
26 de julio de 2006, 14:48
Si que lo sé, pero lo disfruto más durante todo el año, no solo en los meses infectado de turistas varios, jeje.
Un blogabrazo.
27 de julio de 2006, 0:15
Yo también iba a ir a ese concierto...
Me gusta el Scrabble. Me alegro que lo pasaras tan, pero tan bien.
Un saludo.
27 de julio de 2006, 10:23
Rocio, Gabi estoy de acuerdo en que ojú tenía q entrar en el diccionario, pero mientras tanto... no vale jaja. Pero bueno, como el Scrabble era de Rocio... pues aceptamos ojú como animal acuatico para q no se lo lleve.
Alariz hombre por pedir... se podrían haber pedido cosillas como más horas en el dia, pero bueno.
Laura, Mamen si, son de lo q no hay, un par d tesorillos.
Ro sip, esa frase podría resumirlo todo muy pero que muy bien.
dammy tendré q ir en invierno tb jajaja.
carlos (sr. chow) una pena que no vinieras al concierto, me hubiera gustado mucho conocerte! La próxima vez q vaya (o vengas a Madrid) será
27 de julio de 2006, 17:50
Ole esa malaga!
Bueno, ya enseñaras las fotos de tus aventuras, espero que tengas alguna bañandote en la playa, y alguna ocn tus quemaduras, que hay que lucirlas, jajaj
27 de julio de 2006, 19:20
Super chula la foto!
No dejes nunca de seguir disfrutando!
Besitos!
1 de agosto de 2006, 13:42
Un poco tarde, pero con la misma intensidad en mi sonrisa :). Gracias por venir, por ser así y por ese fin de semana que nos regalaste. Que sea el primero de muchos. Un abrazo enorme