El 19 de noviembre será mi último día como programador en el mundo bancario y el día 20 empiezo en la nueva empresa para trabajar junto a Stanz y otros dos compañeros de la facultad. La verdad es que me da mucha pena cambiar ya que dejo un puesto en el que estoy bien valorado, bien pagado y muy estable además de unos compañeros entre los que me sentía a gusto y a los que voy a echar mucho de menos para entrar en un lugar donde solo conozco a un par de personas y en el que voy a ser el nuevo.

¿Por qué me cambio? Primero porque el mundo bancario no va conmigo. Yo no valgo para el falso politiqueo que hay aquí, el ir detrás de la gente para que te aprueben un documento que hace falta para que otro te pueda aprobar un documento para que otro le mande un email a la persona que tiene que aprobarte un documento más para que puedas subir tu trabajo a un entorno común para poder mandarle un email a.... en fin, que yo no valgo para ese politiqueo, al menos por ahora.

Otra razón para cambiar es que la arquitectura que usamos aquí es propietaria, es decir, solo y únicamente la usan aquí donde estoy trabajando, lo que quiere decir que la experiencia que coja aquí solo me vale para trabajar aquí y estaba empezando a sentir que iba a cortarme mucho las alas si permanecía más tiempo en este lugar, y que dentro de poco me iba a ser muy complicado moverme.

Pero las razones más importantes para cambiar de trabajo no se encuentran entre lo que dejo sino entre lo que cojo. Por un lado trabajaré mucho más cerca de casa, en Plaza de Castilla, a tres paradas de metro. Por otro el horario es mucho mejor, saldré a las 5:30 por lo que a las 6 estaré ya en casa (actualmente salgo a las 6 de Las Rozas). Además el proyecto me interesa mucho: vuelvo a java y me ofrecen la posibilidad de implantar el software una vez realizado y de dar clases sobre el mismo a los usuarios finales, y por último trabajaré con unos cuantos amigos.

En resumen, me da mucho miedo cambiar, yo soy una persona de pocos cambios, pero esta vez he cerrado los ojos, no tengo gastos ni responsabilidades que me impidan tomar este riesgo y si me equivoco todavía soy joven y puedo solucionarlo.

En fin, desarme suerte, que yo ya tengo ganas de acabar aquí y estabilizarme en el otro lado puesto que tengo la cabecita llena de cosas y de pájaros.

Ya de vuelta en Madrid y con tiempo para pensar y reflexionar sobre mi viajecito a Málaga para no dejar en el tintero más de lo que ya de por si suelo dejarme, paso a relataros todo lo acontecido en estos tres días.

El viaje comenzó en Atocha, de donde salía mi tren hacia Málaga a las nueve de la mañana. Antes de subirme al tren entré en una librería para comprar algo para leer, porque quien sabe si me aburriría mucho en el viaje o pasaría mucho tiempo solo en Málaga y una vez que tenía ya mi libro, mis gominolas y mis maletas pues al tren. El viaje genial, a mi se me hizo corto aunque no me funcionaron los auriculares, así que sin sonido agradecí tener el libro en la mano y me introduje en el mundo de Harry Potter para intentar evitar que Voldemort consiguiera la Piedra Filosofal.

Una vez en Málaga lo primero era encontrar el hotel, porque con Rocío y Maika había quedado por la tarde y con Alana cuando saliera de clase, de modo que me pateé la ciudad hasta que llegué al hotel donde metí la pata dos veces consecutivas. Os cuento... yo llegué, subí a mi habitación y no había luz. Me pasé cinco minutos dando y apagando interruptores hasta que ya decidí llamar a recepción para que me dijeran que tenía que introducir la tarjetita magnética con la que había abierto la puerta en un cacharrito que había en la entrada. ¡Ay hombre de ciudad y de mundo! ¡quien te iba a decir a ti que se encendían así las luces! Pues si, una vez que puse la tarjetita en su sitio se iluminó toda la habitación, el baño, las lamparillas.... en fin, todas las luces. Una vez que tenía todas las luces dadas y fui a dejar la maleta en el armario vi que había una caja fuerte en el mismo. Pues bien, aquí es donde viene mi segunda metedura de pata: como es habitual en mi empecé a dar botoncitos a ver si descubría como funcionaba la misma hasta que como os podéis imaginar... la dejé bloqueada. Otra llamadita a recepción “uum, perdona pero... en fin, que estaba haciendo el gilipollas con la caja fuerte y la he dejado bloqueada.” Al poquito subió alguien del hotel y me explicó como funcionaba. En fin...

Y con esto ya quedo con Alana que viene hasta el hotel, y después de saludarnos nos vamos a comer por ahí, en una terracita que conocía. Unos calamares icos, icos y una coca-cola que me sentaron de maravilla, pues venía más seco que la cantimplora de Lawrance de Arabia. De camino al bar donde comimos pasamos por la calle Larios donde las estatuas de Rodin nos miraban con cierta indiferencia y luego de ahí nos fuimos a la Malagueta, a ver el mar. De camino pasamos por un parque dónde había muchas palmeras y fuentes que según Alana no daban agua pero que en verdad si que lo daban y un escenario que no se podía pisar pero en el que yo me subí. El mar tan impresionante como las cuatro veces que lo he visto y las ganas de quedarme allí a vivir incrementando poco a poco. Allí ya hablamos con Maika y Rocío y quedamos con ellas en la Alameda. Como nos daba tiempo y le había prometido que haríamos tarta de queso cuando fuera a visitarla nos pasamos por un supermercado y compramos los ingredientes para la tarta de queso: leche, nata, cuajada, caramelo y galletas y subimos a dejarlo su piso con tiempo de sobra para llegar a la alameda. Y cuando bajamos andando, nada más pasar el río que no es río porque está enterrado nos encontramos con las dos, Maika saltando y Rocío con su gran sonrisa, besos, abrazos y demás y otra vez a visitar al Pensador de Rodin, y de allí a una tetería y luego a preparar la tarta de queso.

Llegamos de nuevo al piso de Alana y me pongo de cocinero, sacamos una cazuela, unos moldes y empezamos a abrir ingredientes y a mezclarlos en la cazuela hasta que de repente Rocío pregunta “¿De que es la tarta?” a lo que contesto “De queso”, y me dice de nuevo “¿Y donde está el queso?” Me cambia la cara y empiezo a pensar ¿donde está el queso? ¡Se me había olvidado el queso! Y nada, tuvieron que bajar a comprar quesitos. Ya con todos los ingredientes en la cazuela y la batidora en la mano les entró el miedo escénico, ¿tan torpe creían que soy? No manché nada pero ellas ya creían que iba a poner la cocina y media casa perdidos de tarta de queso son hacer, y ya a calentar y a remover poquito a poco y una vez que ya estaba calentito y los moldes con un poquito de caramelo los rellenamos con la tarta. Y ale, a enfriar que ya nos lo comeríamos al día siguiente. Después de estar un ratillo allí viendo la tele cada uno a su casa y yo al hotel, q estaba muy cansado del viaje y de andar por ahí.

Ya llegó el sábado en el que me levanté prontito y como estas son muy perezosas me cogí a Harry Potter y me fui a leer a la playa. Esta vez no me he bañado en el mar porque como hace poco me operaron no podía dejar que me diera el sol en las cicatrices, pero me he quedado con ganas de modo que tendré que volver otra vez pa allá, y al rato de estar allí me llamó Alana para ver por donde andaba. Quedamos y nos fuimos a tomar una caña frente a la Catedral, donde nos encontramos con José Cano nada menos, que iba con dos mujeres y estaba hablando en inglés y no le pedimos un autógrafo, y después ya nos fuimos a comer a un italiano, una pizza, que estaba también muy rica y de postre mousse de chocolate. Y al poco quedamos otra vez con Maika y Rocío y nos fuimos a ver el museo de Picasso, ya que el día anterior habíamos estado preguntando horarios y precios y nos habían dicho que había una visita guiada. Como nos daba tiempo de sobra nos fuimos a casa de Alana a comer tarta de queso que estaba muy rica pero a la vuelta ya había mucha cola en el museo de Picasso y no llegamos a tiempo de la visita guiada, de modo que entramos por nuestra cuenta. Picasso bien, sus pinturas me parecieron distintas y las coloridas me gustaron pero yo soy más del arte figurativo puesto que no las entendía. A resaltar de la visita que a Rocío le echaron la bronca un par de veces como a una niña pequeña, si es que no se la puede sacar de casa jajaja. Y ya de ahí a cenar, Maika y Rocío se fueron porque habían quedado y Alana y yo nos fuimos con una amiga suya (que se parece a Elsa Pataki) y su novio a una espaguetería, a comer espaguetis que estaban muy ricos pero yo no pude con mi plato, era demasiado para mi. Y ya me dejaron en el hotel y con eso acabó el segundo día.

Y empezó el domingo, día en el que volví a levantarme pronto pero decidí hacerme el perezoso un poquito y me di la vuelta e intenté dormir otro rato más. Cuando ya consideré que había estado demasiado tiempo en la cama encendí la tele y al hacer zapping vi que volvían a ser las 7:30 de la mañana. “Ains, ¡que hoy adelantaban la hora!” Así que nada, otro día que madrugué demasiado. Me duché y me cambié y me puse a ver un documental sobre Elvis que estaban televisando y ya cuando terminó me bajé a desayunar al hotel. ¡Que rico estaba todo! Buffet libre de cosas ricas, me puse como el quico y ya al rato llamé a Alana a ver si se había despertado, y le pasó como a mí que tampoco se había dado cuenta del cambio de hora y nos fuimos al cine. ¿Al cine por la mañana? No pega, pero si, porque no. Vimos “Los seis signos de la luz”, que me gustó bastante aunque el final me pareció un poco cutre. Nada más salir nos fuimos a comer unos montaditos y después quedamos de nuevo con Maika y Rocío para comer un helado en su barrio. Risas y más risas y ya con esto se hizo la hora de que Rocío regresara a Granada, de modo que nos despedimos de Maika y cogimos el autobús de vuelta para el centro de Málaga, donde nos despedimos también de Rocío. Fuimos a casa de Alana a por mis maletas (ya me habían echado del hotel) y nos dirigimos a la estación de tren donde a las ocho salía el que me traía a Madrid.



Ya con el tren en movimiento y sin ver nada del paisaje puesto que era de noche, tuve mucho tiempo para pensar puesto que de nuevo me tocó un sitio donde no funcionaba el audio del tren, y entre página y página de Harry Potter me fui despidiendo del mar y retomando pensamientos que había dejado en el tintero.

"La vida da muchas vueltas y a veces nos mareamos"

sacris.

Llevo una semana y media en la que ando muy ausente de varias cosas, entre ellas del blog y por tanto de los blogs amigos que suelo leer. Por ahora me voy a Málaga tres días, a ver a gente que aprecio y a desconectar de todo porque se aproximan cambios en mi vida a corto plazo y es que por fin me he decidido a cambiar de trabajo.

Ya daré más detalles, porque ahora me siento algo mareado.

El viernes me voy a Málaga otra vez. En esta ocasión el viaje está planteado de un modo diferente: si entonces me iba a casa de unas amigas y estaba bien planeado, en esta ocasión voy más a la aventura, a un hotel y sin haber concretado nada con ellas. (Para leer todo lo relacionado con aquel viaje... pasaros por aqui: I, II, III, IV y V).

Llegaré en el tren a la una y media y hasta el domingo que salga a eso de las ocho el que me traerá de vuelta a Madrid espero ver el mar, El Pensador de Rodin, quizás el museo de Picasso, hacer ciertos recados que me han encargado y sobre todo pasar el mayor tiempo posible con Alana (a la que ya conozco de una día que pasó por Madrid), con Maika y con Rocío.

A ver que tal se da esta segunda huida a Marte :)

Primer día en el gimnasio y solo puedo decir una cosa.....


¡AGUJETAS!

Ains, ains, ains... y mañana más....

Bueno, hace tiempo os contaba (ver Dieta I y Dieta II) que me había puesto a dieta (más por obligación médica que por otra cosa) y después de la operación de vesícula perdí bastante peso en poco tiempo. El caso es que ahora lo he vuelto a recuperar, he vuelto a mis 79 kilos (que no a los 84 que tenía antes de las molestias que me llevaron al quirófano). Al recuperar peso he vuelto a tener molestias en el estómago en la zona operada de modo que tengo que quitarme peso para que desaparezcan dichas molestias.

Me pondría a dieta, pero es que ahora como más o menos sano, por lo que he llegado a la conclusión de que el aumento de peso se debe por un lado a la vuelta a la normalidad de mi organismo después de la cirugía y por otro a mi vida pasiva. Ayer quedé con Faura y Alariz para tomar una caña y Faura me dijo que se iba a volver a apuntar al gimnasio. Después de pensarlo un rato he decidido que voy a hacer lo mismo: a partir de mañana y hasta que me canse iré al gimnasio a ver si me pongo en forma.

Ale, ale, ¡que toca una vida sana! ¿Os apuntáis?

Hoy he tenido reunión con las altas esferas de mi curro puesto que se planea para el año que viene una subida de mi rango. Pasaría de Programador Senior a Analista Programador y me he sentido como un pobre cervatillo que está siendo guiado a una trampa de la que no podrá salir. A ver que me explique: por un lado es bueno, porque me siento valorado en la empresa y ganaría más dinero, pero por otro me estoy dando cuenta de que la experiencia que coja en mi actual empresa solo me va a servir para esta empresa. Es decir, que lo voy a tener muy complicado si algún día quiero cambiar, porque tendría que empezar de cero.

La verdad es que estoy muy a gusto con la gente aquí, con los compañeros y la tranquilidad del trabajo (menos las guardias), pero me siento muy joven como para atarme de por vida a esto, que encima no va mucho conmigo puesto que son temas bancarios. El día 16 se cumplirá un año que trabajo aquí y creo que de aquí a final de año he de decidir que quiero hacer con mi vida y pensar estas cosas me dan dolor de cabeza.

En fin, que voy por una aspirina.

Dice la Wikipedia :
"Las cicatrices suelen desaparecer con el tiempo. Mientras se curan, se puede utilizar maquillaje para cubrirlas. Existen determinadas técnicas dermatológicas que ayudan a hacer menos visibles las cicatrices. No obstante, el tratamiento sólo mejora la apariencia de la cicatriz, pero no la borra por completo."


Y dicen
que al final del arco iris
hay un duende con una olla
llena de monedas de oro

¿Os acordáis de Bicho? Pinchad aquí para leer...
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¿Ya leísteis? ¿No? Aaaaaaanda, pincha aquí...

¿Ahora sí? Pues bien, esta mañana me encontré con un comentario en dicha entrada de alguien que me decía que podía tratarse de un Tisanuro y me daba un enlace (este) con una foto y una descripción del mismo.

¡Muchas gracias Wiltop! ¡Gracias a ti he podido por fin saber que Bicho era un Tisanuro! Tiene mucho mérito que lo descubrieras por medio de la foto borrosa y mi dibujo.

Ha sido un buen motivo para sonreir esta mañana :)

Hoy después de un día largo de trabajo he puesto los informativos y me ha molestado volver a escuchar la misma cantinela de siempre:
"Por segundo mes consecutivo aumenta el número de víctimas mortales en las carreteras. 268 personas han fallecido en accidentes de tráfico en el mes de septiembre. Son 6 más que el pasado año. Desde enero hasta hoy ya han fallecido más de 2.100 personas. Sólo 2 de las 32 muertes de este fin de semana se producían en autovía."
Y digo yo ¿Hasta cuando?, hasta cuando tanta mentira, radares en rectas y miles de puntos negros en carreteras sin una maldita vigilancia y en ocasiones inadecuadamente señalizada. Con esto no digo que la gente que conduce no tiene culpa, porque unos de los peores accidentes de este fin de semana es de gente joven con carnet recién sacado conduciendo coches de gran cilindrada (Ahora que sus padres hagan conciencia de lo que pusieron en manos noveles). ¿Porque en otras ciudades es más fácil sacarse el carnet que en otras como Madrid?; Son preguntas que me hago y me imagino que el resto de mortales también.
De aquí mi felicitación a los radares,carnet por puntos y demás artilugios dispuestos a las arcas del estado, espero que su bolsillos se lo agradezcan, porque las tumbas se siguen llenando y las curvas y medianas se siguen llenando de flores. Que reflexionen los que tienen que reflexionar...los que mandan, pero a mi no me engañan.
Un saludo a todos/as.

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