A veces pasa que dejas de confiar en alguien. No es que haya hecho algo que haga que pierdas la confianza en él o ella, sino que simplemente miras a esa persona y no te sale contarle cosas que son importantes para ti. Entonces aparecen máscaras y escudos. Si, esas corazas que nos ponemos para que el resto del mundo no nos haga daño pero que curiosamente hasta ese día nunca nos había hecho falta con esa determinada persona.

Yo particularmente creo que todo va por rachas. En la vida tenemos rachas que nos sentimos unidos a unas gentes, luego por diversas circunstancias (la mayoría de las cosas tienen causa y efecto), por diversas circunstancias nos separamos de ellas y al tiempo nos volvemos a juntar y así sucesivamente.
Por supuesto no quiero decir que siempre que nos alejemos de alguien vayamos a volver a sentirnos cercanos a él o a ella (ellos o ellas) en el futuro o que vayamos a dejar de confiar de todo el mundo que nos rodea. Simplente quería decir que a veces pasa.

El corazón envuelto en papel de regalo
con cariño, con cuidado
para que no se doble ni se parta
mejor mandartelo por correo certificado.

El corazón envuelto en papel de regalo
entre algodones guardado
en un cofre de madera de roble
tallado a mano con un cincel de plata

Mi corazón de niño
envuelto en papel de regalo
para que cante junto a tu la almohada.

Mi corazón de niño
envuelto en papel de regalo
para que lo abras ilusionada.

Lo primero que vio cuando despertó fueron las baldosas del falso techo de la habitación. Su cama estaba situada al lado de un gran ventanal y la luz le hacía daño en los ojos, así que volvió a cerrarlos mientras comenzaba a recordar: acababa de ser operado y la anestesia estaba dejando de hacer efecto. Tenía la garganta reseca a causa del oxigeno que le entraba por unos tubos transparentes que le molestaban en la nariz, y una pinza en el dedo meñique de su mano izquierda le tenía atado a una máquina que monitorizaba las pulsaciones de su corazón. Trató de llamar a la enfermera pero era incapaz de hablar, y de repente se dio cuenta de lo cansado que se sentía. Se quedó dormido.

Cuando volvió a abrir los ojos las persianas de las ventanas estaban bajadas y la enfermera estaba comprobando como entraba por la vía de la muñeca el calmante que le estaba inyectando. Le dio los buenos días y le preguntó que si quería beber algo. El contestó que si, y al instante la enfermera fue a por un vaso de agua. La cama estaba incorporada y desde esta posición podía ver toda la sala. La cama de al lado estaba ocupada por una señora mayor que estaba dormida, y la que estaba situada frente a la suya por una mujer que le miraba mientras sonreía. Al lado de la cama de esta mujer había un pasillo y desde su cama podía ver las ventanas del puesto de enfermeras.

La enfermera volvió con el vaso de agua y él lo bebió despacio. Nada más lo alejó de sus labios sintió unas ganas tremendas de vomitar y el agua salió por donde había entrado. La enfermera lo miró y le dijo que no se preocupara, que era normal y enseguida le limpiaba. Se dirigió al pasillo para volver al instante para limpiarle. Le dijo que faltaba aun un rato para la hora de visitas y que debía permanecer quieto descansando.

Cuando la enfermera se fue se tocó el vendaje que tenia cubriéndole el hombro derecho y la caja torácica. Le costaba respirar y sentía que le quemaban los pulmones. Volvió a mirar a la mujer que estaba frente a él y le devolvió la sonrisa que no se había borrado de su cara. Ella estaba más inmovilizada que él: tenía vías en las dos manos y estaba entubada. Las máquinas que la monitorizaban emitían diversos sonidos a ritmos constantes y las enfermeras se pasaban frecuentemente a controlarla. Sin lugar a dudas ella estaba más grave. Se la veía tranquila y de repente rompió el silenció:

- Tranquilo, serán solo unos días.

Cuando saliera de UCI ella aún seguiría allí.

El otro día iba por la Plaza Mayor y después de haber tomado un poco de sidra y un bocadillo de calamares maté un pájarillo. Fue un accidente, era de noche y no vi como el desafortunado bicho que no sabía aún volar se metía bajo mi zapatilla. Pobrecillo: cantó su último piar y ahí acabó su vida.

Hay que ver, la de cosas que cambiamos cada día con nuestro caminar en las vidas de los que nos rodean y no nos enteramos, y la de cosas que podríamos cambiar pero dejamos pasar.

Por si algún día te acuerdas de mi y decides escribir algo así
estaba paseando por mi mente y te he encontrado aquí
Me preguntaba que sería de ti ahora que el tiempo nos dejó decidir
a veces el pasado se arrepiente y quiere hacerte sentir
Y los recuerdos esperando en un rincón del pensamiento, decidiendo su momento
y cuando manos te lo esperas aparece lo que anhelas, vives por revivir

Este es mi derroche de melancolía, no olvidaré que estuviste en mi vida
es la promesa eterna de un amante que aseguraba siempre recordarte

Tal vez el tiempo te ha hecho feliz, algunas veces creo que yo si lo fui
que tú formaste parte de mi vida, aprendimos a vivir
Hoy añoraba un abrazo de ti y mil palabras que no supe decir
espero que tu luz siga brillando y te den lo que no di
Hoy miraba con más fuerza a aquella lejana estrella que elegimos por ser bella
y sin apenas darme cuenta alumbraba mi existencia, preguntaba por ti

Este es mi derroche de melancolía, no olvidaré que estuviste en mi vida
es la promesa eterna de un amante que aseguraba siempre recordarte
Esta es mi caricia en forma de poesía, que dondes estés sientas la fantasía
de alguien que dio todo por contentarte y te recuerda desde alguna parte

Me preguntaba si sabré decidir, pues hace tiempo que no se compartir
me asusta volver a encontrarme lejos de lo que ma hace feliz
El destino es quien decide las verdades del amor entre dos
pero queda algún motivo que no cabe en el olvido

Este es mi derroche de melancolía, no olvidaré que estuviste en mi vida
es la promesa eterna de un amante que aseguraba siempre recordarte
Esta es mi caricia en forma de poesía, que dondes estés sientas la fantasía
de alguien que dio todo por contentarte y te recuerda desde alguna parte


Los Galván

Cuando era niño y mi bisabuelo pasaba el invierno en mi casa cada noche se repetía el siguiente ritual: primero mis padres preparaban su habitación y le acostaban, después desfilábamos mis hermanos y yo a darle un beso y desearle las buenas noches y por último le apagábamos la luz.

Le decíamos siempre la misma frase: "Buenas noches, que sueñes con los angelitos y si Dios quiere que duermas bien" y si bien ya no digo toda la frase trato de repetir un ritual parecido cada noche ya que si me acuesto sin haberlo llevado a cabo noto que me falta algo.

Así que bueno, que buenas noches, que espero que soñéis con los angelitos y tengáis mañana un gran día.

Hasta mañana.


cielo
Originally uploaded by sacris.
Ayer estaba paseando por uno de esos preciosos parques naturales que tenemos por España, el de las Hoces del Río Duratón, que está cerca de mi pueblo. Mientras respiraba un aire puro nada parecido al que respiro en Madrid le hice esta foto que veis al cielo.

Me encanta mirar para arriba: a veces ves un cielo azul, claro e infinito que hace que te sientas insignificante en el universo. Otras veces un montón de nubes blancas cubren el firmamento y puedes jugar a tratar de encontrar formas escondidas en ellas. Aparecen todo tipo de cosas: aviones, pájaros, flores… hasta donde tu imaginación llegue y si tienes suerte y hace viento puedes ver como hacen carreras entre ellas. Cuando el cielo está totalmente encapotado nos sentimos tristes, al menos yo pues me parece que todo tiene menos color, menos vida. Cuando empieza a llover es como si cambiaran las tornas y el que está triste es el mismo cielo, dejando caer sobre nosotros todas las lágrimas que tiene. A veces es tanta su pena que grita y se ilumina, llora con más fuerza y descarga toda su impotencia en forma de rayos. Sin duda alguna, lo mejor nos lo ofrece por las noches. Se pone un manto de estrellas que podría estar mirando horas y horas y la luna aparece blanca y clara iluminándolo todo. Aunque ya sé que hay muchos libros en los que te pintan las constelaciones a mi me gusta jugar a unir puntos y ver que figuras logro encontrar.

Os recomiendo que de vez en cuando alcéis la cabeza. Creo que se pueden descubrir muchas cosas volando por el cielo, incluso si nos esforzamos hasta a nosotros mismos.

Paso que pasa
rostro que pasabas
qué más quieres
te miro
después me olvidaré
después y sólo
solo y después
seguro que me olvido.

Paso que pasas
rostro que pasabas
qué más quieres
te quiero
te quiero sólo dos
o tres minutos
para quererte más
no tengo tiempo.

Paso que pasas
rostro que pasabas
que más quieres
ay no
ay no me tientes
que si nos tentamos
no nos podremos olvidar
adiós.


Mario Benedetti

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