Ayer quedé para cenar con la gente de mi primera oficina, aquella en la que tenía guardias trabajando en el banco y la verdad es que fue una gran alegría. Ver que la gente seguía igual, las risas, el compañerismo... recordar que me dio mucha pena dejar todo ese mundo y eso fue básicamente por ellos. Me sorprendió y me alegró saber que algunos leen este blog, más de los que yo creía, y están al tanto de mi vida aunque yo no se lo cuente directamente ni me dejen comentarios y sentí haberme ido tan pronto, pero había sido un día complicado (dentro de poco tendré la próxima revisión de las costillas y tuve pruebas médicas por la tarde, pero bueno, eso es otro tema que ya contaré).
En fin, que tenía muchas ganas de verles y todo resultó más o menos como esperaba. A ver cuando repetimos.
En fin, que tenía muchas ganas de verles y todo resultó más o menos como esperaba. A ver cuando repetimos.
30 de noviembre de 2008, 14:11
Es un gustazo reencontrase con las personas que formaron parte de nuestra vida.
Besos.
2 de diciembre de 2008, 8:45
Laura me ha quitado la palabra de la boca. Ciertamente es placentero volver a cruzarse con personas que fueron (y a lo mejor aún son) parte importante de nuestra vida.
No sé de qué va lo de las costillas, pero te deseo lo mejor!