Ya sé que a veces no hago todo lo que digo

Ya sé que estas historias son más propias de Sacris, jeje pero que le vamos hacer hoy me ha tocado vivirla a mí y quería contarla:

Pues iba en el vagón de metro de la Línea 7 camino a mi casa, iba a la altura de Valdezarza, cuando entro en el un chico no muy alto con gafas que a simple vista se veía que era retrasado, llevaba una mochila pero no sé de donde vendría eran las 7 de la tarde. Bueno el caso es que entraba riéndose solo en el vagón nadie le acompañaba, eso me resultó extraño porque la verdad el chico necesitaba que alguien lo vigilara, os cuento.....

Nada mas entrar se dirige a la chica de al lado que iba con unos cascos de música, y la dice: -“Hey...¿qué escuchas?” La chica, como la que no habla con nadie, pero nuestro amigo no era de esos de rendirse, y la da en el brazo y la repite la pregunta, ella se quita el casco de una oreja y pone un gesto como de decir ¿¿¿que me dices????, el chico repite su pregunta ella no le contesta y el chico se va al de al lado y dice “Choca esos cinco” el chico riéndose le choca la mano. Yo pensé se sentara ya me imagino, ¡¡pues NO!! empezó a recorrerse todo el vagón diciendo a casi todos lo mismo, daba igual que fueran leyendo, él atacaba a todos, cuando llego a mi altura no sé pero no fui elegido jejeje, pero él siguió su marcha. Ya estábamos llegando a la otra estación y se bajo dándole la brasa a unos tres viejecillos, los cuales pasaron de el. Pero no contento con sus hazañas se puso a imitar a un pájaro “volando” por él anden de Antonio Machado (JAJAJA) lo siento hay ya no pude contenerme tuve que sonreír, había que verle.

Sólo estuvo una parada pero la verdad que me hizo que me olvidara del cansancio que llevaba del día tan intenso de trabajo. Y bueno no hay mucho más sólo fue una estación ya sea por suerte o por desgracia. Aunque se notaba que aunque siendo retrasado nos estaba vacilando a todos pero que más da...... a mí me hizo pasar un rato agradable.

Si le encuentro moraleja a esta historia es: La felicidad está donde uno menos se la puede esperar, por muy mal que uno esté siempre hay sitio para una sonrisa, quizás por eso me gusta hacer sentirse bien a las personas que están conmigo, aunque no sea haciendo el pájaro (jejeje) o sí jajajaja.

Un saludo a todos y a todas.