Bueno, aunque a veces no lo creáis debido a mi relación con las máquinas (ver antecedentes en máquinas del diablo I, máquinas del diablo II, máquinas del diablo III, la fotocopiadora y yo... por ejemplo) os prometo que tengo un título que dice que soy ingeniero y que puedo ingeniar, y para más inri... Ingeniero Técnico Informático. Pues bien, como habéis podido comprobar ese título no me capacita para hacer fotocopias ni para sacar un refresco de una máquina maldita y es que una cosa es reiniciar un ordenador o instalar un Windows y otra muy diferente es usar una máquina con luces de colores y un botón.
¿Y todo esto a que viene? Pues es que acabo de descubrir que tampoco se hacer café. Como os conté en mi curro tenemos una cafetera en la que nos hacemos café todos los días. Es de esas de goteo, con una jarra y el filtro para el café y generalmente hay alguien que se me adelanta y cuando llego está ya hecho, pero los días que no está preparado se me pasa y no lo preparo, porque además yo no tengo cafetera en casa y no se hacerlo. El otro día con esto de la nevada llegué muy pronto y vi que la jarra estaba vacía. Entonces me dije “seguro que cuando vengan querrán tomar una taza de café calentito, voy a prepararlo que no debe ser tan difícil” y me acerqué a la que a partir de ahora llamaré cafetera maldita. Llene la jarra de agua y la eché en el deposito, llené el filtro de café y lo puse en su sitio y dejé la jarra en su lugar y le dí al único botón que tiene la cafetera maldita. Y ya está, porque no hay nada más que se pueda hacer con esa cafetera, no hay más depósitos en los que echar agua y/o café o con los que te puedas equivocar, no hay más botones que dar, nada, no hay manera de hacerlo mal, así que tan feliz me fui a mi sitio a esperar aque oliera a café en media planta.
Pues bien, como os podéis imaginar... las cosas no fueron tan fáciles. Cuando llegaron mis compañeros y miraron a la cafetera (que es nueva, recién comprada en verano porque a otra se jubló) estaba negra. Se había salido el café por todas partes y estaba la jarra negra, la bandeja donde la tenemos llena de posos y café y todo el circuito del maldito cacharro mojado. Vaya caos, que si apaga eso, que si vamos a limpiarlo al baño, que si vamos a limpiar el baño que hemos dejado café por todas partes, que a ver si funciona la cafetera dentro de un par de horas cando se haya secado... bueno, bueno, bueno.... todo un espectáculo al que solo pude responder cuando me preguntaron que qué había hecho diciendo “Pues nada, que estaba ahí yo a lo Juan Valdés, he mezclado el agua con el café.... y la he liado parda”.
¿Y todo esto a que viene? Pues es que acabo de descubrir que tampoco se hacer café. Como os conté en mi curro tenemos una cafetera en la que nos hacemos café todos los días. Es de esas de goteo, con una jarra y el filtro para el café y generalmente hay alguien que se me adelanta y cuando llego está ya hecho, pero los días que no está preparado se me pasa y no lo preparo, porque además yo no tengo cafetera en casa y no se hacerlo. El otro día con esto de la nevada llegué muy pronto y vi que la jarra estaba vacía. Entonces me dije “seguro que cuando vengan querrán tomar una taza de café calentito, voy a prepararlo que no debe ser tan difícil” y me acerqué a la que a partir de ahora llamaré cafetera maldita. Llene la jarra de agua y la eché en el deposito, llené el filtro de café y lo puse en su sitio y dejé la jarra en su lugar y le dí al único botón que tiene la cafetera maldita. Y ya está, porque no hay nada más que se pueda hacer con esa cafetera, no hay más depósitos en los que echar agua y/o café o con los que te puedas equivocar, no hay más botones que dar, nada, no hay manera de hacerlo mal, así que tan feliz me fui a mi sitio a esperar aque oliera a café en media planta.
Pues bien, como os podéis imaginar... las cosas no fueron tan fáciles. Cuando llegaron mis compañeros y miraron a la cafetera (que es nueva, recién comprada en verano porque a otra se jubló) estaba negra. Se había salido el café por todas partes y estaba la jarra negra, la bandeja donde la tenemos llena de posos y café y todo el circuito del maldito cacharro mojado. Vaya caos, que si apaga eso, que si vamos a limpiarlo al baño, que si vamos a limpiar el baño que hemos dejado café por todas partes, que a ver si funciona la cafetera dentro de un par de horas cando se haya secado... bueno, bueno, bueno.... todo un espectáculo al que solo pude responder cuando me preguntaron que qué había hecho diciendo “Pues nada, que estaba ahí yo a lo Juan Valdés, he mezclado el agua con el café.... y la he liado parda”.
17 de diciembre de 2009, 11:51
Eso es porque pusiste demasiado café en el filtro.
Aunque supongo que alguien te lo ha dicho ya.
jajaja
Cuando no se sabe, se tiene que quedar uno haciendo vigilancia.
jajaja
Compra café soluble para la próxima vez.
Saludines,
YoMisma
17 de diciembre de 2009, 12:58
sacris jejeje!! no te podemos dejar solo chico!!! la verdad es que a mi me hubiera pasado igual. doy gracias de usar las cafeteras italianas, aunque no lo he aprendido a hacer hasta hace pocas semanas!! animo! el proximo te saldra de vicio!! ;D
17 de diciembre de 2009, 15:34
pobre pobre yo igual que tone me hubiera pasado lo mismo pq ademas que no me gusta no se hacerlo
animo el proximo sera genial
besos lady
17 de diciembre de 2009, 22:09
juasjusajusausjusajusa ains pobre... qué mal rato tuvistes que pasar...
Pero al final funciona la cafetera ¿¿??
Yo de esas cafeteras tampoco sé poner, porque nunca he tenido. Aunque de las tradicionales tampoco sé... y la express que tenemos,,, teóricamente, sí, prácticamente,,, puede que acabara la historia como la tuya. Pero es que nunca tomo café porque me pongo nerviosa, me afecta mucho al sueño... Así que es casi como si no existiera para mí.
Yo con un trozo de chocolate soy feliz. No me gusta el café.
Soy Ana_
18 de diciembre de 2009, 8:39
YoMisma demasiado café y demasiada agua. La verdad es que los informáticos siempre tenemos una máxima: la culpa es del usuario. Yo pensé "Aqui pone para 10 tazas... pero voy a echar un poco más de agua porque somos muchos" y luego con el café me pasó un poco más de lo mismo "Pa lo poco que queda ya lo hecho todo". Así fue jaja.
Tonee desde entonces no he vuelto a hacer café, la semana que vienelo intentaré de nuevo.
LadyRa jajaja, a mi la verdad es que no me gusta demasiado. Más que nada es que no me sienta muy bien, pero bueno... ahora creo que me sentará mejor jaja.
Ana_ sip, tranquila que la cafetera funcionó. En realidad no lo pasé mal, me reí mucho. Tengo la risa fácil jajajaja.
20 de diciembre de 2009, 10:47
Por dios!!! Por dios!!! Trata de Encafeinarlo Sacris!!! jajajajajaja!!! Bueno, son cosas que pasan... Es cierto lo que dices... la gente se piensa que porque seamos informaticos, tenemos que saber manejar cualquier tipo de maquina... Bueno... a lo mejor la cafetera usaba Windows Vista y por eso no pudiste... jejejejeje