El Jueves Santo, es el día más importante del año para mí, más que el de mi propio cumpleaños o que cualquier otro día del año. Ese día voy acompañando a mi Virgen por las calles de Málaga, es un día de fiesta y alegría, sin embargo en pocas horas se llega al Viernes y cuando la Esperanza encierra en su casa de hermandad da la sensación de que terminó la Semana Santa, aunque aun queden muchas cofradías bonitas por salir.
Esperanza, que tranquilizador, dulce y sereno suena su nombre. Por eso en días como hoy que a uno no le salen del todo bien, abro mi cartera y busco su foto para que me traiga suerte y sobre todo Esperanza.

Y para que nunca caigáis en la desesperanza aquí os la pongo, sólo con mirarla, por un momento pareciera el mundo pararse viendo a la divina “prisionera del romero” (Para el que no entienda lo del romero es que cuando la Esperanza pasea por las calles de Málaga se cubre de romero todas las calles por donde va a pasar) y ya se sabe como dice el refrán “quien pasa por el romero y no coge de él, es que no tiene amores y ni los piensa tener”.
Y si me permitís para concluir terminaré diciendo como en todos los finales de un Jueves Santo: “Esperaaaaanza GUAPA Esperaaaaanza GUAPA Esperaaaaaaaaaaaaaaaaaaanza GUAPA, GUAPA Y GUAPA”.
