Ya sé que a veces no hago todo lo que digo

Es lo que he recorrido en el último año, un camino un tanto duro y complicado, aunque parece que toca a su fin… como todo período de vida tiene sus cosas buenas y las que no lo son, de todo se aprende… con los buenos te queda un saborcito en la boca, y con los malos es recomendable pasarlos para saber afrontarlos y aprender de ellos.

El comienzo no fue nada bueno… ya empezamos con mal pie. El transcurso fue normal, con “bajialtos” y esas cosas, si si… “bajialtos”, por cambiar un poquito. El curso académico, pfff… mejor no recordar porque fue para llorar, por eso sigo aquí en mi nuevo último año de carrera.

Luego llegó la época estival, normal… de “perreo” y mucho cachondeo, vamos que se estudió poco (por no decir nada) y no paré mucho por casa (casi no me veían, menos mal que esto no lo leen los de casa, ufff)

Y nada… se acabó el verano, vuelta a la carga, bueno… vuelta a la uni!! Al poco encontré un inconveniente, me topé con alguien en mi camino, ahora lo compartimos juntos. Y aquí ya se tranquilizó un poco el añito de las narices… parece que ya volvía todo a su cauce. Y bueno, surgió lo que menos esperábamos todos… pero como era ella, animando incondicionalmente a los demás sin pedir a cambio nada… así que ya sabéis chicos, haced que esto luzca, que se lo merece.

Y con esto, me coloco en el día de hoy, en el que estoy aquí delante del ordena escribiendo esto… en una panorámica de mi año. Espero que los vuestros hayan sido mejor o al menos que hayan estado cargados de momentos en los que hayáis podido aprender algo. De todo se aprende, os lo aseguro, esto me lo enseñó durante todo este año alguien muy especial… y parece que aprendí la lección... ¡GRACIAS!