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Viene de Cosas que nunca conté I
Una vez me escapé del colegio con ocho años. Estaba en segundo de EGB y por entonces tenía dos clases por la mañana, el recreo, otras dos clases, la hora de la comida y luego otras dos clases más después de comer. En los primeros años no me quedaba al comedor escolar sino que como vivía cerca comía en casa. A veces venían a recogerme y otras no: salía de clase, me iba a por el pan porque la panadería estaba de camino a mi casa y ya luego después de comer volvía a terminar con las clases de la tarde.
Pues bien, una vez se me fue la pinza y cuando sonó el timbre para el recreo me creí que era ya la hora de comer. Debe ser que tenía hambre porque salí corriendo y me encontré con la puerta de salida del colegio cerrada. A mi eso ya me extrañó, pero como tenía que comprar el pan y comer pues con toda mi buena intención me fuí a la secretaría del colegio para que me dejaran salir a comprar el pan para comer, porque era mi responsabilidad y no me acuerdo ahora de como me las arreglé porque en la secretaría no me dijeron nada y me dejaron salir.
El caso es que llegé feliz a la panadería y el panadero se extrañó de que estuviera fuera del colegio a esas horas y entonces ya caí en la cuenta de que era la hora del recreo y no la hora de ir a comer de modo que muy nervioso (siempre he sido un niño bueno y responsable, casi siempre) me volví para clase entrando de nuevo por secretaría y llegando a tiempo a mi pupitre antes de que volviera el profesor.

9 de marzo de 2012, 11:02
Jajajaja
Ahora me río.. pero me pongo en tu situación y no quiero ni pensar en el agobio que pasaste cuando fuiste consciente de q te habías escapado!!