En el trabajo a la hora de comer solemos reunirnos unos cuantos compañeros alrededor de una gran mesa como si fueramos una gran familia, eso si cada uno con su tupper y mientras comemos salen diversos temas de conversación. El otro día una compañera nos contaba que había estado de viaje con unas amigas y que entre las promesas que se suelen hacer había dicho "Para la próxima vez que nos veamos os prometo que me entrará ese pantalón". Sus amigas le dijeron "Eso mismo dijiste la vez anterior" pero ella "Esta vez va a tomarselo en serio". De esta conversación he aprendido que toda mujer tiene en su armario un pantalon que le está justo y es con el que se controla si está más gorda o más delgada y que cuando conseguís que os valga el pantalón os sentís la mar de felices. ¿Es cierto esto?
Y seguramente después de esto pensaréis ¿a que viene este post? Bien, ¿algun@ se lo está imaginando? Si, tengo un pantalón "os prometo que la próxima vez me vale". ¿Acertaste? Oooole por ti, si acertaste tomate un azucarillo a mi salud. Y es que hoy me he puesto unos pantalones viejos, los que además menos me gustan porque tienen unos bolsillos muy pequeños, y a media mañana me he dicho "pues parece que me están justos" y me he pasado el siguiente medio día deseando llegar a casa para quitármelos, acordándome además de mi compañera de trabajo. Y cuando por fin me he sentado delante del ordenador y me he dado cuenta de que hacía tiempo que no escribía algo original he mirado a mis pantalones que estaban encima de la cama y les he dicho: "A partir de ahora sois mis pantalones os prometo que la próxima vez me valen".
Por favor, mujeres que pasáis a leer este blog que escribe, entre otros, un humilde servidor que muchas veces no os entiende (y otras no hay quién os entienda), ¿tenéis un pantalón "os prometo que la próxima vez me vale"?
Y seguramente después de esto pensaréis ¿a que viene este post? Bien, ¿algun@ se lo está imaginando? Si, tengo un pantalón "os prometo que la próxima vez me vale". ¿Acertaste? Oooole por ti, si acertaste tomate un azucarillo a mi salud. Y es que hoy me he puesto unos pantalones viejos, los que además menos me gustan porque tienen unos bolsillos muy pequeños, y a media mañana me he dicho "pues parece que me están justos" y me he pasado el siguiente medio día deseando llegar a casa para quitármelos, acordándome además de mi compañera de trabajo. Y cuando por fin me he sentado delante del ordenador y me he dado cuenta de que hacía tiempo que no escribía algo original he mirado a mis pantalones que estaban encima de la cama y les he dicho: "A partir de ahora sois mis pantalones os prometo que la próxima vez me valen".
20 de mayo de 2008, 20:18
jajajajajaja yo no tengo uno, tengo más de uno!! pero no por nada, me da pena deshacerme de ellos y supongo que siempre se tiene la esperanza de que te los podrás volver a poner..
20 de mayo de 2008, 20:22
Ja,ja,ja. Yo también tengo, pero ya he desistido de ponérmelos. Los donaré a la beneficencia.
20 de mayo de 2008, 20:35
estoy contigo Alberto... las tias tienen fijo de esas cosas... y yo para solidarizarme con vosotras, reconozco que tengo uno que también espero que algún me lo vualva a poner.
Todo sea por los pantalones!!!
20 de mayo de 2008, 21:33
Yo tengo unos cuantos... además, tengo un traje pantalón que cuando me lo regaló mi mami ya me quedaba muy muy justo. No la dejé que me lo cambiara, diciéndole que tenía que entrar en ellos... A partir de ahí fue la devacle: la ropa empezó a encoger sospechosamente en el armario. Al final, nunca llegué a estrenar ese traje pantalón :(
20 de mayo de 2008, 21:48
te avisaré cuando vuelva a España, recupere todo lo perdido...y pase de no tener ninguna prenda de "la proxima vez me valen" a tener un armario completo (ya que aquí he comprado ropa acorde a mi talla actual)
será una tragedia!
20 de mayo de 2008, 22:20
Hola!
Yo lo tenía!! Y hablo en pasado porque evidentemente ya no lo tengo. Resulta que guardaba uno desde los 16 años y para mi alegría, pasó de ser el pantalón de medirme a quedarme grande, así que definitivamente me desice de él!! Bien por mi! jaja
Por cierto, he observado que los hombres también lo teneis, entonces ¿porqué decis que es cosa de mujeres? ;)
Un saludo!
Miren
21 de mayo de 2008, 7:59
aunque no querais reconocerlo los tios tb teneis de eso, lo que pasa es que las chicas lo decimos (aunque yo no tengo de esos... se si engordo o adelgazo por como me queda la ropa que uso habitualmente)
21 de mayo de 2008, 9:25
alana di q si niña, además verás lo feliz que te pones cuando te los puedas volver a poner.
laura aaains, ese optimismo donde anda!!
minel ajá! Lo admites!!
ana pues no lo tires que algún dia podrás ponertelo. Además, es cierto eso de que la ropa en el armario encoje y cuando la usas se adapta a ti. Una vez tenía unos pantalones que me gustaban mucho. Cuando se me iban a romper fui a la tienda para comprarme unos iguales... y la misma talla no me valía! ¿Como es esto posible si los mios viejos casi se me caían? Ains.
ali jajaja, bueno, pues espero que eso sea lo peor de toda tu vida, que te quede un poco justa la ropa que dejaste en inglaterra. Ale. Tranqui q yo te dejo mi pantalón :P
Miren pues si, ole por ti!! Es una alegría cuando te vuelven a valer. En realidad yo hsta q lo escuché en mi oficina ni se me había pasado por la cabeza lo del pantalón prometo que la proxima vez me vale, y como cuando lo hablaron eran todo mujeres las que decían que tenían uno.... pues ale, supuse "es cosa de mujeres". Tampoco quiero provocar una batalla sexista, simplemente me pareció un buen motivo para escribir un post para decir "no me valen los pantalones que me he puesto hoy" desde un punto de vista cómico.
lisa los hombres no tenemos esos pantalones y no llevamos paraguas cuando llueve. De todos es sabido que nosotros somos de Marte y las mujeres de Venus. ¿No lo sabías? :P
21 de mayo de 2008, 11:01
Jajajajajaja
q bueno. Yo tampoco tengo de esos pantalones, pero tengo los q me valen y los que no :Pjejeje, aunq viví mucho tiempo con alguien que si q tenia los llamados "pantalones reto".
buena semana
bsts
21 de mayo de 2008, 13:59
Lo que tienes que hacer es dejar de mojar pan en todas las salsas y de cuentos.
También hacer ejercicio claro. Lo que jode es llegar a la edad barriguitas y no poder con ella...
21 de mayo de 2008, 14:32
Jajaja yo también tengo un pantalón que no me entra. Creo que ya cuando me lo compré no me entraba, aunque me lo probé, pero cuando te gusta tanto un pantalón la mente te traiciona y empiezas a pensar... no si es que hoy estoy algo hinchada... si luego los vaqueros ceden... si seguro que adelgazo cuando me ponga el lunes a dieta...
Nada que al final en el armario están, porque me dan pena tirarlos, porque están nuevos aunque sé que nunca voy a caber en ellos. Saludos!
21 de mayo de 2008, 18:39
lo triste es que yo tambien tengo unos pantalones de "control"... jajaja!! son unos tejanos negros que me compre una vez que adelgace mogollon. ahora los uso para sopesar si estoy pasado de peso o no. la marca actual es... TODO CORRECTO jajaja
21 de mayo de 2008, 20:54
Creo que todos tenemos un pantalon que nos queda justo para saber si estamos cogiendo peso de mas jejeje. Saludos
22 de mayo de 2008, 19:27
Solo un pantalón??
Un pantalón es poco... lo peor es que el traje de la boda esa a la que fuiste tan elegante hace ya... 8 años?? haya encogido en el armario por arte de magia. Si total... me lo quería poner para éste verano, en la boda de mi mejor amiga... y yo sigo pesando lo mismo que hace 8 años, lo juro, pero las carnes no están repartidas de la misma forma... lo que tiene que estar arriba se cae, lo que no tiene que verse, se ve, lo que tiene que disimular... ni hablamos. Ese es mi traje de "en agosto me meto dentro!!!"
23 de mayo de 2008, 11:50
jajaja, yo también tengo unos pantalones de esos! Y un vestido super ceñido de veranbo! algunas veces sale del armario de paseo y otras veces se queda largas temporadas encerrado...
Besitos
23 de mayo de 2008, 13:29
Sí yo tengo unos vaqueros de esos. Como dice Di te los compras pensando: "Estoy hinchada y esto enseguida cede", pero nada. Me parece un post bastante original, una reflexión curiosa y certera al mismo tiempo.