may
08
Ayer estuve haciendo la compra de la semana, como ya os he comentado en entradas anteriores, y me resultó algo curioso o más bien, distinto o mejor dicho, especial. La última vez que estuve comprando recuerdo que había una madre con dos hijos, niño y niña, aquí no es cuestión de sexos. Y reconozco que era el niño el más latoso de los dos, estaba trasteando por todos los mostradores de frutas, y abriendo y cerrando los frigoríficos, en resumen, pasando de la madre y de la compra. Por otro lado, la hija seguía a la madre pero tampoco la ayudaba solo estaba junto a ella, por lo que la madre hacía la compra, y cuidaba del niño que andaba toqueteandolo todo.
Y ayer comprando pasó más o menos lo mismo, solo que eran dos niñas, mellizas o gemelas, no las pregunté. La diferencia era que las dos estaban junto a la madre ayudándola a elegir que seleccionar en cada momento. Y la peculiaridad es que son dos niñas con síndrome de Down.
La vida te cambia completamente con un pequeño matíz, ni a mejor ni a peor, porque la ayuda de la segunda madre no la tiene la primera. Esto es para saber vivir con lo que tenemos y sentirnos felices de lo que podamos conseguir en la vida.

26 de mayo de 2012, 21:35
yo a mi madre siempre la ayudaba y entonces no tenia una minusvalia pero ahora la tengo y cuando a veces voy a comprar con ella la ayudo y si tienes que mirar para adelante y vivir con lo que la vida te doy y no hay mas