Ya sé que a veces no hago todo lo que digo

Normalmente me traigo la comida a la oficina en un tupper porque me parece más sano y más barato que comer fuera todos los días, la comida de menú no me sienta bien porque es muy grasienta y desde que me quitaron la vesícula tengo el estómago delicado.

Hay días en los que se me olvida y entonces o bien como fuera, me compro un bocadillo o voy a un sitio donde venden sandwich y ensaladas. Hoy he ido a esté último y he pedido una ensalada grande con piña, atún, picatostes, maíz, taquitos de queso, taquitos de queso cheddar y taquitos de queso de cabra y luego también he cogido un yogur. Cuando he ido a pagar me he dado cuenta de que el yogur era de piña y he tenido la siguiente conversación con la dependienta:

Yo.- Uys, el yogur es de piña, ya lleva piña la ensalda, ¿puedo cambiarlo?
Dependienta.- Si claro, como no. ¿Que salsa quieres para la ensalada?
Yo.- Queso azul.

Resulta que uno de mis defectos de fábrica es la miopía. En quinto de EGB tuvieron que ponerme gafas porque empezaba a ver borroso y ya no me he despagado de ellas salvo en momentos puntuales en los que desde que quise impresionar a una mujer me atreví a ponerme lentillas pese a la grima que me da tocarme los ojos.

Pues bien, ayer como cada vez que hago deporte me puse las lentillas para ir a entrenar con el equipo de la ONCE, del cual ya os conté que soy portero (porque es obligatorio que el portero sea vidente, aunque tenga 3 dioptrias y media) y en el metro comenzaron los problemas: primero comencé a ver demasiado brillantes las luces, luego empezaron los picores y los llantos y al final tuve que quitarme las lentillas porque me era imposible seguir con ellas y como llevaba las mensuales y no llevaba de repuesto ni las gafas tuve que estar todo el entrenamiento 'viendo borroso'.

Lo pasé mal. Estoy acostumbrado a ver y correr, buscar el balón o un desmarque, ¡que complicado y eso que yo no tengo los defectos visuales que tienen mis compañeros de equipo! Y menos mal que los colores de las equipaciones que tenemos tienen mucho contraste para que haya diferencia entre un equipo y otro en el partido. Si ya me parecía admirable antes, ahora muchísimo más.

En fin, que fue un entrenamiento de lo más instructivo del que me volví para casa con un Rivera del Duero del 2004 que me regalaron por mi cumpleaños y por cierto, alguien ha recogido ya los balones que colamos hace unas semanas... pero todavía no los hemos recuperado.

Mañana me beberé el vino a su salud.