Ya de vuelta en Madrid y con tiempo para pensar y reflexionar sobre mi viajecito a Málaga para no dejar en el tintero más de lo que ya de por si suelo dejarme, paso a relataros todo lo acontecido en estos tres días.
El viaje comenzó en Atocha, de donde salía mi tren hacia Málaga a las nueve de la mañana. Antes de subirme al tren entré en una librería para comprar algo para leer, porque quien sabe si me aburriría mucho en el viaje o pasaría mucho tiempo solo en Málaga y una vez que tenía ya mi libro, mis gominolas y mis maletas pues al tren. El viaje genial, a mi se me hizo corto aunque no me funcionaron los auriculares, así que sin sonido agradecí tener el libro en la mano y me introduje en el mundo de Harry Potter para intentar evitar que Voldemort consiguiera la Piedra Filosofal.
Una vez en Málaga lo primero era encontrar el hotel, porque con Rocío y Maika había quedado por la tarde y con Alana cuando saliera de clase, de modo que me pateé la ciudad hasta que llegué al hotel donde metí la pata dos veces consecutivas. Os cuento... yo llegué, subí a mi habitación y no había luz. Me pasé cinco minutos dando y apagando interruptores hasta que ya decidí llamar a recepción para que me dijeran que tenía que introducir la tarjetita magnética con la que había abierto la puerta en un cacharrito que había en la entrada. ¡Ay hombre de ciudad y de mundo! ¡quien te iba a decir a ti que se encendían así las luces! Pues si, una vez que puse la tarjetita en su sitio se iluminó toda la habitación, el baño, las lamparillas.... en fin, todas las luces. Una vez que tenía todas las luces dadas y fui a dejar la maleta en el armario vi que había una caja fuerte en el mismo. Pues bien, aquí es donde viene mi segunda metedura de pata: como es habitual en mi empecé a dar botoncitos a ver si descubría como funcionaba la misma hasta que como os podéis imaginar... la dejé bloqueada. Otra llamadita a recepción “uum, perdona pero... en fin, que estaba haciendo el gilipollas con la caja fuerte y la he dejado bloqueada.” Al poquito subió alguien del hotel y me explicó como funcionaba. En fin...
Y con esto ya quedo con Alana que viene hasta el hotel, y después de saludarnos nos vamos a comer por ahí, en una terracita que conocía. Unos calamares icos, icos y una coca-cola que me sentaron de maravilla, pues venía más seco que la cantimplora de Lawrance de Arabia. De camino al bar donde comimos pasamos por la calle Larios donde las estatuas de Rodin nos miraban con cierta indiferencia y luego de ahí nos fuimos a la Malagueta, a ver el mar. De camino pasamos por un parque dónde había muchas palmeras y fuentes que según Alana no daban agua pero que en verdad si que lo daban y un escenario que no se podía pisar pero en el que yo me subí. El mar tan impresionante como las cuatro veces que lo he visto y las ganas de quedarme allí a vivir incrementando poco a poco. Allí ya hablamos con Maika y Rocío y quedamos con ellas en la Alameda. Como nos daba tiempo y le había prometido que haríamos tarta de queso cuando fuera a visitarla nos pasamos por un supermercado y compramos los ingredientes para la tarta de queso: leche, nata, cuajada, caramelo y galletas y subimos a dejarlo su piso con tiempo de sobra para llegar a la alameda. Y cuando bajamos andando, nada más pasar el río que no es río porque está enterrado nos encontramos con las dos, Maika saltando y Rocío con su gran sonrisa, besos, abrazos y demás y otra vez a visitar al Pensador de Rodin, y de allí a una tetería y luego a preparar la tarta de queso.
Llegamos de nuevo al piso de Alana y me pongo de cocinero, sacamos una cazuela, unos moldes y empezamos a abrir ingredientes y a mezclarlos en la cazuela hasta que de repente Rocío pregunta “¿De que es la tarta?” a lo que contesto “De queso”, y me dice de nuevo “¿Y donde está el queso?” Me cambia la cara y empiezo a pensar ¿donde está el queso? ¡Se me había olvidado el queso! Y nada, tuvieron que bajar a comprar quesitos. Ya con todos los ingredientes en la cazuela y la batidora en la mano les entró el miedo escénico, ¿tan torpe creían que soy? No manché nada pero ellas ya creían que iba a poner la cocina y media casa perdidos de tarta de queso son hacer, y ya a calentar y a remover poquito a poco y una vez que ya estaba calentito y los moldes con un poquito de caramelo los rellenamos con la tarta. Y ale, a enfriar que ya nos lo comeríamos al día siguiente. Después de estar un ratillo allí viendo la tele cada uno a su casa y yo al hotel, q estaba muy cansado del viaje y de andar por ahí.
Ya llegó el sábado en el que me levanté prontito y como estas son muy perezosas me cogí a Harry Potter y me fui a leer a la playa. Esta vez no me he bañado en el mar porque como hace poco me operaron no podía dejar que me diera el sol en las cicatrices, pero me he quedado con ganas de modo que tendré que volver otra vez pa allá, y al rato de estar allí me llamó Alana para ver por donde andaba. Quedamos y nos fuimos a tomar una caña frente a la Catedral, donde nos encontramos con José Cano nada menos, que iba con dos mujeres y estaba hablando en inglés y no le pedimos un autógrafo, y después ya nos fuimos a comer a un italiano, una pizza, que estaba también muy rica y de postre mousse de chocolate. Y al poco quedamos otra vez con Maika y Rocío y nos fuimos a ver el museo de Picasso, ya que el día anterior habíamos estado preguntando horarios y precios y nos habían dicho que había una visita guiada. Como nos daba tiempo de sobra nos fuimos a casa de Alana a comer tarta de queso que estaba muy rica pero a la vuelta ya había mucha cola en el museo de Picasso y no llegamos a tiempo de la visita guiada, de modo que entramos por nuestra cuenta. Picasso bien, sus pinturas me parecieron distintas y las coloridas me gustaron pero yo soy más del arte figurativo puesto que no las entendía. A resaltar de la visita que a Rocío le echaron la bronca un par de veces como a una niña pequeña, si es que no se la puede sacar de casa jajaja. Y ya de ahí a cenar, Maika y Rocío se fueron porque habían quedado y Alana y yo nos fuimos con una amiga suya (que se parece a Elsa Pataki) y su novio a una espaguetería, a comer espaguetis que estaban muy ricos pero yo no pude con mi plato, era demasiado para mi. Y ya me dejaron en el hotel y con eso acabó el segundo día.
Y empezó el domingo, día en el que volví a levantarme pronto pero decidí hacerme el perezoso un poquito y me di la vuelta e intenté dormir otro rato más. Cuando ya consideré que había estado demasiado tiempo en la cama encendí la tele y al hacer zapping vi que volvían a ser las 7:30 de la mañana. “Ains, ¡que hoy adelantaban la hora!” Así que nada, otro día que madrugué demasiado. Me duché y me cambié y me puse a ver un documental sobre Elvis que estaban televisando y ya cuando terminó me bajé a desayunar al hotel. ¡Que rico estaba todo! Buffet libre de cosas ricas, me puse como el quico y ya al rato llamé a Alana a ver si se había despertado, y le pasó como a mí que tampoco se había dado cuenta del cambio de hora y nos fuimos al cine. ¿Al cine por la mañana? No pega, pero si, porque no. Vimos “Los seis signos de la luz”, que me gustó bastante aunque el final me pareció un poco cutre. Nada más salir nos fuimos a comer unos montaditos y después quedamos de nuevo con Maika y Rocío para comer un helado en su barrio. Risas y más risas y ya con esto se hizo la hora de que Rocío regresara a Granada, de modo que nos despedimos de Maika y cogimos el autobús de vuelta para el centro de Málaga, donde nos despedimos también de Rocío. Fuimos a casa de Alana a por mis maletas (ya me habían echado del hotel) y nos dirigimos a la estación de tren donde a las ocho salía el que me traía a Madrid.
Ya con el tren en movimiento y sin ver nada del paisaje puesto que era de noche, tuve mucho tiempo para pensar puesto que de nuevo me tocó un sitio donde no funcionaba el audio del tren, y entre página y página de Harry Potter me fui despidiendo del mar y retomando pensamientos que había dejado en el tintero.
El viaje comenzó en Atocha, de donde salía mi tren hacia Málaga a las nueve de la mañana. Antes de subirme al tren entré en una librería para comprar algo para leer, porque quien sabe si me aburriría mucho en el viaje o pasaría mucho tiempo solo en Málaga y una vez que tenía ya mi libro, mis gominolas y mis maletas pues al tren. El viaje genial, a mi se me hizo corto aunque no me funcionaron los auriculares, así que sin sonido agradecí tener el libro en la mano y me introduje en el mundo de Harry Potter para intentar evitar que Voldemort consiguiera la Piedra Filosofal.
Una vez en Málaga lo primero era encontrar el hotel, porque con Rocío y Maika había quedado por la tarde y con Alana cuando saliera de clase, de modo que me pateé la ciudad hasta que llegué al hotel donde metí la pata dos veces consecutivas. Os cuento... yo llegué, subí a mi habitación y no había luz. Me pasé cinco minutos dando y apagando interruptores hasta que ya decidí llamar a recepción para que me dijeran que tenía que introducir la tarjetita magnética con la que había abierto la puerta en un cacharrito que había en la entrada. ¡Ay hombre de ciudad y de mundo! ¡quien te iba a decir a ti que se encendían así las luces! Pues si, una vez que puse la tarjetita en su sitio se iluminó toda la habitación, el baño, las lamparillas.... en fin, todas las luces. Una vez que tenía todas las luces dadas y fui a dejar la maleta en el armario vi que había una caja fuerte en el mismo. Pues bien, aquí es donde viene mi segunda metedura de pata: como es habitual en mi empecé a dar botoncitos a ver si descubría como funcionaba la misma hasta que como os podéis imaginar... la dejé bloqueada. Otra llamadita a recepción “uum, perdona pero... en fin, que estaba haciendo el gilipollas con la caja fuerte y la he dejado bloqueada.” Al poquito subió alguien del hotel y me explicó como funcionaba. En fin...
Y con esto ya quedo con Alana que viene hasta el hotel, y después de saludarnos nos vamos a comer por ahí, en una terracita que conocía. Unos calamares icos, icos y una coca-cola que me sentaron de maravilla, pues venía más seco que la cantimplora de Lawrance de Arabia. De camino al bar donde comimos pasamos por la calle Larios donde las estatuas de Rodin nos miraban con cierta indiferencia y luego de ahí nos fuimos a la Malagueta, a ver el mar. De camino pasamos por un parque dónde había muchas palmeras y fuentes que según Alana no daban agua pero que en verdad si que lo daban y un escenario que no se podía pisar pero en el que yo me subí. El mar tan impresionante como las cuatro veces que lo he visto y las ganas de quedarme allí a vivir incrementando poco a poco. Allí ya hablamos con Maika y Rocío y quedamos con ellas en la Alameda. Como nos daba tiempo y le había prometido que haríamos tarta de queso cuando fuera a visitarla nos pasamos por un supermercado y compramos los ingredientes para la tarta de queso: leche, nata, cuajada, caramelo y galletas y subimos a dejarlo su piso con tiempo de sobra para llegar a la alameda. Y cuando bajamos andando, nada más pasar el río que no es río porque está enterrado nos encontramos con las dos, Maika saltando y Rocío con su gran sonrisa, besos, abrazos y demás y otra vez a visitar al Pensador de Rodin, y de allí a una tetería y luego a preparar la tarta de queso.
Llegamos de nuevo al piso de Alana y me pongo de cocinero, sacamos una cazuela, unos moldes y empezamos a abrir ingredientes y a mezclarlos en la cazuela hasta que de repente Rocío pregunta “¿De que es la tarta?” a lo que contesto “De queso”, y me dice de nuevo “¿Y donde está el queso?” Me cambia la cara y empiezo a pensar ¿donde está el queso? ¡Se me había olvidado el queso! Y nada, tuvieron que bajar a comprar quesitos. Ya con todos los ingredientes en la cazuela y la batidora en la mano les entró el miedo escénico, ¿tan torpe creían que soy? No manché nada pero ellas ya creían que iba a poner la cocina y media casa perdidos de tarta de queso son hacer, y ya a calentar y a remover poquito a poco y una vez que ya estaba calentito y los moldes con un poquito de caramelo los rellenamos con la tarta. Y ale, a enfriar que ya nos lo comeríamos al día siguiente. Después de estar un ratillo allí viendo la tele cada uno a su casa y yo al hotel, q estaba muy cansado del viaje y de andar por ahí.
Ya llegó el sábado en el que me levanté prontito y como estas son muy perezosas me cogí a Harry Potter y me fui a leer a la playa. Esta vez no me he bañado en el mar porque como hace poco me operaron no podía dejar que me diera el sol en las cicatrices, pero me he quedado con ganas de modo que tendré que volver otra vez pa allá, y al rato de estar allí me llamó Alana para ver por donde andaba. Quedamos y nos fuimos a tomar una caña frente a la Catedral, donde nos encontramos con José Cano nada menos, que iba con dos mujeres y estaba hablando en inglés y no le pedimos un autógrafo, y después ya nos fuimos a comer a un italiano, una pizza, que estaba también muy rica y de postre mousse de chocolate. Y al poco quedamos otra vez con Maika y Rocío y nos fuimos a ver el museo de Picasso, ya que el día anterior habíamos estado preguntando horarios y precios y nos habían dicho que había una visita guiada. Como nos daba tiempo de sobra nos fuimos a casa de Alana a comer tarta de queso que estaba muy rica pero a la vuelta ya había mucha cola en el museo de Picasso y no llegamos a tiempo de la visita guiada, de modo que entramos por nuestra cuenta. Picasso bien, sus pinturas me parecieron distintas y las coloridas me gustaron pero yo soy más del arte figurativo puesto que no las entendía. A resaltar de la visita que a Rocío le echaron la bronca un par de veces como a una niña pequeña, si es que no se la puede sacar de casa jajaja. Y ya de ahí a cenar, Maika y Rocío se fueron porque habían quedado y Alana y yo nos fuimos con una amiga suya (que se parece a Elsa Pataki) y su novio a una espaguetería, a comer espaguetis que estaban muy ricos pero yo no pude con mi plato, era demasiado para mi. Y ya me dejaron en el hotel y con eso acabó el segundo día.
Y empezó el domingo, día en el que volví a levantarme pronto pero decidí hacerme el perezoso un poquito y me di la vuelta e intenté dormir otro rato más. Cuando ya consideré que había estado demasiado tiempo en la cama encendí la tele y al hacer zapping vi que volvían a ser las 7:30 de la mañana. “Ains, ¡que hoy adelantaban la hora!” Así que nada, otro día que madrugué demasiado. Me duché y me cambié y me puse a ver un documental sobre Elvis que estaban televisando y ya cuando terminó me bajé a desayunar al hotel. ¡Que rico estaba todo! Buffet libre de cosas ricas, me puse como el quico y ya al rato llamé a Alana a ver si se había despertado, y le pasó como a mí que tampoco se había dado cuenta del cambio de hora y nos fuimos al cine. ¿Al cine por la mañana? No pega, pero si, porque no. Vimos “Los seis signos de la luz”, que me gustó bastante aunque el final me pareció un poco cutre. Nada más salir nos fuimos a comer unos montaditos y después quedamos de nuevo con Maika y Rocío para comer un helado en su barrio. Risas y más risas y ya con esto se hizo la hora de que Rocío regresara a Granada, de modo que nos despedimos de Maika y cogimos el autobús de vuelta para el centro de Málaga, donde nos despedimos también de Rocío. Fuimos a casa de Alana a por mis maletas (ya me habían echado del hotel) y nos dirigimos a la estación de tren donde a las ocho salía el que me traía a Madrid.
Ya con el tren en movimiento y sin ver nada del paisaje puesto que era de noche, tuve mucho tiempo para pensar puesto que de nuevo me tocó un sitio donde no funcionaba el audio del tren, y entre página y página de Harry Potter me fui despidiendo del mar y retomando pensamientos que había dejado en el tintero.
30 de octubre de 2007, 12:57
Estupenda la crónica.. pero... snifff... yo tenía esperanzas de veros en alguna foto.... snifff...
30 de octubre de 2007, 14:13
Menudo fin de semana!!!
Al próximo os venis hacia Valencia, a ver si pocemos montar una buena!!!
Cuidate!!!
por cierto... que tal tu tripita???
30 de octubre de 2007, 14:53
noimoprta jejeje, si la crónica me ha salido bien aunque muy impersonal, pero bueno. En cuanto a lo de las fotos... no soy muy partidario de poner fotos por aquí y menos cuando sale otra gente que lo mismo no quiere salir, asiq.... lo siento :)
morrigan sip, también tengo pendiente el viaje a Valencia, a ver cuando puede ser :) Mi tripa ahí va, ayer se quejó mucho... debió ser la vuelta a Madrid :(
30 de octubre de 2007, 17:43
Noimporta: que no te cuente historias.. no las ha puesto porque no ha querido.. jajaja Es broma, no las ha puesto basicamente porque yo no quería, me puedes regañar a mi :P
Vamos a ver que he tenido que hacer una lista de cosas por comentar y todo..
Primero lo del queso fue un error garrafal y mira que me di cuenta que no había queso, pero a saber si con la cuajada ya bastaba..
Segundo: Ibas a derramarlo todo!! Imaginaros una cacerola llena de leche con nata hasta arriba, al meter la batidora, eso empieza a dar vueltas de tal forma que el líquido sube por los estremos.. yo creía que de un momento a otro me iba a bañar la cocina entera.. ainsssss
Tercero: Mi amiga no se parece a Elsa Pataky! jajajaja es guapa, pero no se parece.. gradúate las gafas!
Cuarto: No digas que te gustó la peli porque estuviste dos horas después diciendo to lo contrario! q si era muy predecible, q si vaya final, q si.. q si... Pero no le hagáis caso q está genial!!! a mi me gustó mucho :P
Ah y se me olvidaba, he de decir a mi favor que las fuentes del parque hasta ese día nuuuuunca han echado agua.. mmmm
Y ya está q casi te escribo otro post de réplicas jajaja
30 de octubre de 2007, 23:27
Ya está la niña dejándome mal, la peli me gustó, el hecho de que sea predecible y que el final sea cutre no quiere decir que no me gustara la pelicula.
Tengo las gafas bien graduadas, quizás exceso de imaginación :P
No derrame naaa, niña-miedo.
Si te diste cuenta de lo del queso... xq no me dijiste naaa mmm luego la culpa es mía.
31 de octubre de 2007, 11:00
:D Anda que no lo pasásteis bien :) Me alegro de que os divirtierais y espero que lo repitáis en muchas ocasiones, pues se nota que hay buen rollo :)
31 de octubre de 2007, 12:37
Jejeje, soy testigo del pánico que se vivió cuando sacris batía la leche... y de algunos buenos momentos que se describen en el post :)
Gracias de nuevo por tus sonrisas, tus recetas, tus esessssssss... jeje. Un placer conocer a Alana (encantandora) y un placer tenerte de vuelta por Marte.
Se te quiere pechá ;)
Maika
1 de noviembre de 2007, 17:13
ana la rana yo también espero repetirlo muchas ocasiones, estuvo genial
maika gracias a vosotras! Sois genial y yo si que os quiero un millón de pechás!
2 de noviembre de 2007, 11:46
Heyyy el "pensador" de Rodín lo acabo de ver yo hace unas horitas jejeje. Recuerdos desde Málaga, el Lunes toy de nuevo por allí.
3 de noviembre de 2007, 13:44
A ver que vuelvas y nos tomamos una caña!
3 de noviembre de 2007, 16:04
Y a mi favor solo puedo decir que había en el museo niños de 4 y 5 años correteando por alli y toqueteándolo todo y a ellos nos les llamaban la atención! Definitivamente, me cogieron manía! jejej
Un beso enorme bichito y me uno a lo que dijo antes mirmana sobre Alana, encantadora! :)