Escrito a principios de año.
Hace menos de un mes leía una columna de Coelho en una revista que habla sobre la soledad. Contaba que acababan de encontrar el cadáver de un obrero japonés que debía llevar muerto más de veinte años y que nadie le había echado en falta. Me pareció una noticia curiosa, sorprendente, triste y como poco rara por las múltiples casualidades que se producían.
Anteayer en el telediario me acordé del texto de Coelho cuando vi una noticia que contaba que acababan de encontrar a un hombre que llevaba 4 años muerto. Sus vecinos no se habían dado cuenta. Le habían puesto varias denuncias por no pagar la comunidad pero nadie se percató siquiera del olor puesto que vivía en el piso más alto y la vecina más cercana pasaba largas temporadas fuera de la casa. Fue su hermano quien, después de cuatro años sin saber nada de él, decidió ir a visitarle y se encontró con lo sucedido.
Esta mañana otra noticia ha vuelto a recordarme el articulo aquel. Resulta que en una casa de La Coruña, un hombre ve que tiene una humedad en el techo y sube a avisar al vecino de arriba, como es normal, para que lo arregle. Nadie da señales de vida y avisa al presidente quien con un cerrajero entra en la casa y se encuentra con el dueño muerto. Como pagaba religiosamente las facturas de la comunidad que le mandaban al banco nadie se interesó en porqué dicho vecino tenía siempre el buzón lleno de cartas y nadie lo recogió durante los dos años que llevaba muerto.
¿Como debe ser el día a día de alguien a quien nadie echará de menos? Me viene a la mente el documental “Hay motivo”, no se si habéis tenido ocasión de verlo o sabéis de que trata. Son una serie de cortos quizás algo partidistas que se rodaron poco antes de las elecciones, pero no por ello dejan de decir varias verdades. Uno de los cortos hablaba sobre los ancianos que viven (y mueren) solos. Hay un momento que sale una anciana en su casa, está acostada en su cama y la cámara la enfoca. No se oye nada y pasa un rato así y realmente puedes sentir su soledad.
Todo el mundo en algún momento de su vida se ha sentido solo, y no me refiero a la soledad buscada sino a esa que aparece cuando no es bien recibida. En esos instantes todo pierde su sentido y nos invade la desgana y la apatía. Pasamos ratos bastante amargos y nos sentimos vacíos y fuera de lugar, pero la gran mayoría de nosotros no estamos en esa situación de no tener a nadie: algún familiar o algún amigo aparece de repente para preguntarnos que tal y sacarnos una sonrisa.
Por desgracia hay gente que por unas cosas o por otras no tiene tanta suerte. Vivimos en una sociedad que es fascinante: somos capaces de hablar con gente que está a miles de kilómetros de nosotros y en cambio no conocemos a nuestros vecinos. Quizás la persona más sola del mundo vive al lado de nuestra puerta y ni siquiera nos hemos dado cuenta.
11 de mayo de 2005, 22:25
chicos y chicas, a ver La Comunidad de Alex de la Iglesia.
Peliculón en el que se trata aparte de el exceso de conocimiento de los vecinos (luego copiado en Aqui no hay quien viva), el abandono de las personas mayores.
15 de mayo de 2005, 23:00
sacris, erick fromm decía en su libro el miedo a la libertad, que el temor mas grande del hombre es el de estar solo, sentirse desconectado del mundo y de sus congéneres, no hay nada mas aterrador que experimentarse solo. por ello nos evadimos en el trabajo, en los placeres de la carne, el entretenimiento, todo aquello que sirva para distraernos de esa realidad tan espinosa. asumir la soledad alumbra el yo profundo que suele habitar en lo mas hondo del lago, presenta sus mounstros y sus seres de luz. saludos desde la huaxteca en México.