Si a las diez y media de la mañana llama tu vecino al timbre en tu casa, antes de abrir ya sabes que te va a alegrar el dia.
- Oye mira, soy tu vecino de abajo. Resulta que acabo de bajar al trastero a por las maletas porque me voy de viaje y he visto que en el tuyo hay una humedad en el suelo. Me he acercado y sonaba como si goteara algo. ¿Pasa alguna tubería por tu trastero?
Hay gente que hace preguntas cuando ya saben la respuesta. ¿No has oído gotear? Claro que pasa una tubería por mi trastero. Total que cojo las llaves del trastero y allá que bajo pensando "A ver si hay suerte y el tío este está loco y es todo una paranoia suya". Cuando llego abajo y abro la puerta.... bueno, os lo podéis imaginar: eso tenía más agua que los camarotes del Titanic.
-
¡Uuff! Eso habrá que arreglarlo - dice mi vecino -
Tendremos que llamar a un fontanero. Menos mal que estaba ahí él, mi salvador, para decirme lo que había que hacer. Y se me queda mirándome, esperando que le diga algo hasta que ya salió de mi boca:
-
Bueno, menos mal que es agua limpia, que si llega a ser el desagüe.... En fin, Con mis padres en el pueblo que no vienen ya en todo el mes y mi hermana trabajando decidí coger el móvil y llamar al trabajo para decirle a mi jefe "Mira Rafa, que va a ser que hoy no voy, que tengo el trastero que parece las cataratas del Niagara", y luego ir en busca del presidente de la comunidad, que casualmente no estaba en casa. Parece que los vecinos huelen las tragedias, porque al momento salió el del bajo, Juan, un hombre la mar de atento al que conozco de toda la vida y que ya se hizo cargo de la situación:
- Mira, el teléfono del administrador está en el portal, ve a buscarlo y llamamos.
Ya le llamamos al administrador, que como no está haciendo unos tramites y nos dice que en media hora viene y que avisa también a los fontaneros del seguro. En ese tiempo cerramos la llave general del agua, que está en la acera frente al portal (cierro, Juan a sus casi sesenta años no está como para meterse ahí dentro y bueno, yo no estoy muy atlético pero para meterme en ese agujero todavía valgo), y descubrimos que la fuga está en el trastero de encima al mío, pues las marujas ya han empezado a funcionar y todo el piso conoce la situación (si, igual que en Aquí no hay quien viva) y cuando llega el fontanero del seguro viene la sorpresa:
- Uuuum, es una tubería vista que no lo cubre el seguro, así que no puedo arreglarlo. Una vez que lo hayan arreglado ustedes nosotros les pintamos los trasteros, que eso si lo cubre.
- ¿Y no podría arreglarlo usted?
- Tendría que venir mi jefe y hacerles un presupuesto. Tardan menos si avisan a un fontanero. (A todo esto, ¿¿¿pero tu no eres fontanero chaval???) Yo esta burocracia no la entiendo, y el fontanero de la aseguradora se pira.
A esto de la una aparece el presidente y avisa a un fontanero, que hasta las dos no llega para darnos también buenas noticias:
- La avería está fuera del edificio, en la acometida. Tendrán ustedes que picar en la acera de la calle para ver donde está exactamente.
Total, que abrimos la llave general del agua durante la tarde, porque hasta mañana no nos van a arreglar la tubería, y a las ocho y media la hemos (la he) vuelto a cerrar hasta mañana para que no se nos inunden más los trasteros.
En fin, que no he ido a trabajar, me he mojado como si hubiera ido al Aquopolis y estoy sin agua en casa.
¿Lo arreglarán mañana? Todo es cuestión de fe y paciencia.